Quisimos elevar las banderas de nuestra tribu, dejando atrás diferencias momentáneas; para unirnos a llorar otro ángel, que posee , de ahora en adelante, batallas lejanas. Pasó por descuido, por accidente, tropiezo. Las calles profundas en dolor, triztesa e impotencia... ahora mi barrio es la cola del diablo, y todos caminamos sobre el.
Se transformó, y no hay vuelta atrás.
Abrimos una pestaña, vemos sufrimiento... abrimos una pestaña y leemos dispersa la noticia que nos enrieda a todos.
Injusticia derramada por toda mi sociedad, la cual se defiende por si misma, para pelear juntos.
Aunque con su bufanda verde y negra siempre nos decía, que sonriéramos que la vida algún día se acaba... hoy mis lágrimas caen en las esquinas de mis labios, sonriendo para recordarte, a tu manera... como siempre lo hacías.
Memoria Yoana Frassi
1994-2010